Piratas en Quintana Roo Parte II por Fidel Villanueva Madrid

LA PIRATERÍA EN QUINTANA ROO

Parte II de II

El Asalto Corsario a Ekab en 1571

Desde 1537, el Reino Español reconocía que las aguas del caribe ya estaban infestadas de piratas, y para 1570 sus ataques a la península yucateca ya eran desgracias que llegaban cuando la gente menos las esperaba.

 A la costa oriental le tocó turno en 1571, cuando el pirata francés Pierre Sanfroy y 35 de sus secuaces, luego de atacar tres navíos frente a las costas de Yucatán, de apoderarse de un barco en Cozumel, y de saquear Hunucmá, asaltó y sitió el pueblo de Ekab (hoy Boca Iglesia), la Semana Santa de ese año. 

Con sólo 20 de sus hombres sembró Sanfroy el terror en Ekab. El resto permaneció a bordo para avisar de cualquier sorpresa, puesto que ya los venían persiguiendo.

A los embarcados, Juan Gutiérrez, Alcalde de Valladolid, los atacó y combatió hasta hacerlos huir. Los que estaban con Sanfroy en el pueblo de Ekab, al notar el combate en el mar, tomaron las canoas de los pobladores y escaparon por aguas interiores, costeando después hacia el sur hasta llegar a Polé, hoy Playa del Carmen donde fueron alcanzados nuevamente, por lo que Sanfroy y su gente decidieron pasar a Cozumel, cuya iglesia, dedicada a San Miguel, y tan antigua como la de Ekab, dejaron hecha una caballeriza: De ahí, los bandoleros pasaron al pueblo de indios de Santa María, al sur de la isla, donde resultaron finalmente derrotados.

Ocho de los corsarios murieron en combate; dos que estaban gravemente heridos fueron ahorcados en San Miguel; los otros diez fueron apresados y trasladados a Mérida, donde a cuatro los ahorcaron y a los demás, luego de estar un tiempo como esclavos, los mandaron a la ciudad de México reclamados por la Santa Inquisición, quien los juzgó y condenó por herejes o enemigos de la religión católica, sin interesarse realmente en los asesinatos y los robos que perpetraron.

Con relación a los hechos ocurridos en 1571, citaré algunos testimonios que las víctimas rindieron ante el Santo Oficio, en esos años en que Ekab era una encomienda de indios de Juan de Cárdenas.

– Pablo Pat, de 50 años de edad, quien era indio principal y mayordomo del pueblo, dijo que los franceses prendieron fuego a una caja de libros que estaba en la iglesia, y que los ornamentos de la citada iglesia no los robaron porque ellos (los mayas), los escondieron en el monte.

– Al propio Pablo Pat, como se negó a comer carne el Viernes Santo: “Le untaron los hocicos y el rostro con dicha carne.”

– Rodrigo de Tapia, de 37 años, dijo que los franceses pintaron en las paredes de la iglesia de Ekab, entre otros, un rótulo en castellano que decía que el rey de Castilla no valía nada y que ellos solos bastaban a darle guerra. Y que también pintaron navíos y hombres y mujeres que se abrazaban y se besaban, “y otras suciedades y naturas de hombres.”

– Alonso de Villanueva de 21 años, dijo que entre las pinturas y rótulos había en la pared de la iglesia de Ekab uno que decía: ¡Viva el Rey de Francia!

– Juan Gutiérrez, un mozo de 25 años, declaró que entre las pinturas y letreros que había en las paredes de la iglesia de Ekab, decía uno: “La gran dona nos lleve a nuestra tierra”, que los franceses decían a la gente del pueblo que la madre de Dios no podía ser virgen pues había parido, y que los bienes terrenales deberían ser de todos.

Islas y litoral, refugio de piratas

 El abandono en que se encontró la costa oriental de Yucatán, hoy Quintana Roo, durante la época colonial, fue estimulado por las propias autoridades, pues el gobierno yucateco-español no fomentó asentamientos o poblaciones en el litoral oriental de la península y en las islas, e incluso los reprimía, pues realizaba eventuales expediciones para capturar a quienes se encontraran en ellas.

Prueba lo anterior lo que Diego de Contreras expuso en su Relación de Cozumel en 1579: “Suelen acudir a la dicha isla franceses, y puede haber un año, o poco más o menos, que los franceses robaron la dicha isla, llevándose gran cantidad de maíz, gallinas y mantas de mi tributo y la campana de la iglesia.”  Esto habla del abandono.

En cuanto a las expediciones, citaré que en 1592, Antonio de Vozmediano, gobernador de Yucatán, encargó al veterano conquistador español Juan de Contreras, una misión expedicionaria al litoral y las islas. Contreras recorrió en ese año Contoy, Isla Mujeres y Cozumel, apresando a todo ser humano que encontró, entregando al cacique de Chancenote, Juan Chan, mayas rebeldes y negros de Guinea, quienes se escondían en nuestras islas huyendo de la esclavitud.

Cinco años más tarde, en 1597, Juan de Contreras realizó una nueva expedición capturando toda la población que existía en las islas. La política española de concentrar a los habitantes en centros urbanos, obedecía a la necesidad de controlar a los mayas para inculcarles la nueva religión, y de aprovechar su mano de obra en el campo.

Según López de Cogolludo, en 1599 piratas ingleses se asentaron en Cozumel, a los que el gobierno yucateco, al ser avisado, obligó a salir del lugar, previniendo a todas las poblaciones costeras sobre la presencia de los malhechores.

Cogolludo informa de otro suceso relacionado con la presencia de piratas en nuestras costas. Ocurrió en febrero de 1602, y refiere que un barco que había zarpado de Río Lagartos, fue cañoneado y tomado por piratas ingleses cerca del Cabo Catoche

Ataques a antiguas poblaciones de lo que es hoy Quintana Roo

En 1642, corsarios holandeses se internaron por los montes y tomaron el pueblo de Cehac, al norte de nuestro estado, llevándose incluso a dos frailes. Ésta era costumbre de los piratas, pues los prisioneros les servían para guiarse hacia otros asentamientos.

Bacalar es sin lugar a dudas la población que mayores sufrimientos pasó con los ataques de piratas, a los que habríamos que sumar  los de mayas alzados. En noviembre de ese mismo año de 1642, Diego El Mulato asaltó Salamanca de Bacalar, robando ornamentos de la iglesia y las pertenencias de los ricos. Se dice que fue un doble del Diego original, pues éste se había retirado de la piratería y otro había ocupado su lugar.

En mayo de 1652 el pirata Abraham saqueó la plaza de Bacalar y asesinó al capitán Bartolomé Palomino.

En el año de 1662, sobre las ruinas del poblado de Ekab, piratas ingleses habían establecido un campamento para el corte del palo de tinte, y según unas cartas que Fernando de Escobedo, Gobernador de Yucatán envió al rey de España, los ingleses cortaban libremente el palo de tinte: “En la Laguna de Términos, y en las islas de Cozumel y Mujeres.”

Escobedo reportó también que la producción de palo de tinte: “(…) importa mucho más que el que sale del dicho puerto de Campeche y que para el corte entran los ingleses tierra adentro para aprisionar indios y españoles…y se sirven de ellos como de esclavos, y que en las islas de Cozumel y Mujeres, en la parte que mira a la Bahía de la Ascensión, están arrancados de asiento (asentados), y tienen bodega como en sus tierras y trato con Jamaica. (…)”

En el año de 1670, el gobierno de Yucatán organizó una campaña para expulsar a piratas que ocupaban Cozumel e Isla Mujeres, así como otros puntos de la península, dedicados también al corte de palo de tinte.

En 1673, por orden del Virrey Mancera, se realizó una nueva expedición con ese fin. Alonso Huidrobo cumplió con el encargo, y reportó que a consecuencia de los ataques piratas Bacalar se encontraba abandonada.

En marzo de 1686, el pirata francés Laurens Graff, más conocido como Lorencillo, desembarcó con 500 hombres en la Bahía de la Ascensión, internándose en el monte y saqueando las poblaciones de Tihosuco y Tixcacalcupul.

Los ataques de los piratas iban acompañados de tormentos para saber dónde se escondían las riquezas del pueblo, muchos niños y mujeres eran asesinados en público para amedrentar a los habitantes. Los bandoleros se hacían dueños de la población, la cual incendiaban antes de abandonarla, llevándose todo lo que de valor encontraban.

En 1713, un grupo de filibusteros con cuatro barcos se posesionó de Cozumel usando la isla como su base de operaciones. Al igual que ocurría con la Isla de Tris, o del Carmen, más tardaban los españoles yucatecos en expulsar a los piratas que aquellos en regresar.

Para 1717, Ekab, luego de desaparecer como asentamiento humano, resurgía con el nombre de Hon Hom. Los ingleses expulsados de la Isla del Carmen por Alonso de Andrade, tomaron represalia arrasando Hon Hom, el cual ya no volvió a renacer.

A partir de 1722 fueron mayores aunque insuficientes las medidas tomadas por el gobierno yucateco para defender las islas, costas y poblados

El 20 de junio de 1723, mediante una carta, se sabe que Esteban de la Barca, corsario autorizado y protegido por el Rey de España, detuvo en el Río Váliz una fragata cargada de palo de tinte, lo mismo que una balandra pirata cerca de Isla Mujeres.

En 1723, el Gobernador de Yucatán, Antonio de Figueroa y Silva, recuperó Bacalar y se apoderó del poblado de Belice luego de tres horas de batalla. Figueroa y Silva mató a varios invasores, apresó a otros, destruyó sus navíos y desbarató sus trincheras.

Por último, en octubre de 1821, los piratas franceses Juan y Pedro Lafitte, quienes se habían apoderado de Isla Mujeres desde 1819, luego de ser expulsados de la barra del Mississippi, fueron atacados en su refugio de Cancún y la isla, perdiendo la vida Pedro a consecuencia de las heridas que sufrió a manos del Comandante de la Guarnición de Nueva Málaga, Yalahau, Miguel de Molas, terminando así la época conocida como de Piratería Clásica.

Concluyo

Desde cualquier punto de vista, hay en la historia de Quintana Roo en lo general, y de Isla Mujeres en particular, muchas historias, leyendas y hasta costumbres que se han ido olvidando. Las de piratas, corsarios y bucaneros son unas de ellas.

He citado aquí a vuela pluma eventos en orden cronológico. No son todos, por supuesto; siempre queda algo en el tintero. Si recreáramos al detalle cada ataque pirata desde 1571, nos sorprenderíamos porque la realidad supera a la fantasía que sobre el tema vemos hoy en la pantalla.

Lo consignado aquí es historia, y como éstas, Quintana Roo tiene muchas que rescatar, conservar, difundir y aprovechar.

Colaboración de: Fidel Villanueva Madrid

Cronista Vitalicio de Isla Mujeres

Mail: ixcheel_48@hotmail.com

Junio de 2014.

Un comentario Agrega el tuyo

  1. AVENTURERO dice:

    Muchas gracias fidel villanueva. Muy buena informacion, yo vivo en playa del carmen y no sabia que nuestro querido Quintana Roo tenga tanta historia.

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